Web3 ya ha redefinido cómo pensamos sobre el dinero, la propiedad y el internet. Pero hay un área no explotada que podría llevar este sector aún más lejos: los datos deportivos. Esas mismas métricas que ayudan a entrenar a los atletas o que obsesionan a los aficionados durante los playoffs podrían sustentar un nuevo brazo del blockchain y web3.
¿La única barrera? Las ligas y los proveedores de datos actualmente tratan esta información como activos propietarios. Como resultado, los jugadores carecen de propiedad sobre su información y la utilizan como deseen.
Hasta la fecha, las ligas, las emisoras o las empresas privadas poseen la mayoría de los datos deportivos en el mercado. Es un gran negocio, con el mercado global de análisis deportivos valorado en aproximadamente $4.47 mil millones en 2024. A pesar de su importancia, los propios jugadores no tienen control sobre sus datos. Como atletas, podemos jugar el juego, pero rara vez controlamos los números que definen nuestras carreras.
Un problema de larga data
Este problema no es nuevo, ni está restringido a un solo deporte o ubicación. Empresas como Genius Sports y Opta obtienen beneficios de acuerdos de derechos exclusivos por valor de decenas de millones. Estas métricas moldean las decisiones de scouting, determinan salarios y alimentan una industria de apuestas de miles de millones de dólares. Y, sin embargo, quienes producen los datos—los atletas—no tienen control directo ni participación en los ingresos.
No es sorprendente que muchas organizaciones hayan comenzado a tomar nota. Project Red Card, por ejemplo, está luchando por clasificar los datos de rendimiento de los jugadores como información personal bajo el GDPR. Además, la Federación Internacional de Futbolistas Profesionales (FIFPRO) lanzó una Carta de Derechos de Datos de los Jugadores para proteger la privacidad de los futbolistas. Mientras tanto, Breakaway ha creado un "pasaporte de carrera" para los atletas, permitiéndoles controlar sus datos.
A pesar de estos esfuerzos, superar este proceso existente no es fácil. El cambio institucional llevará tiempo y, al final, aún puede no estar en el interés de los atletas. Es aquí donde la utilización de blockchain puede hacer un cambio positivo para los jugadores, los aficionados y el deporte.
Construyendo nuevos modelos de negocio
Cuando los jugadores controlan sus datos, desbloquean nuevas oportunidades de ingresos. En lugar de que una liga o red venda acceso a las estadísticas de los jugadores, los jugadores individuales podrían licenciar sus métricas de rendimiento a un entrenador, plataforma de apuestas o incluso a un desarrollador de videojuegos. Los contratos inteligentes pueden automatizar esas relaciones. Fundamentar este proceso con blockchain mostrará quién accedió a qué y cuándo.
Este enfoque también evitaría algunos de los problemas de licencias complicados que el deporte ha visto en los últimos años. Aunque EA puede haber perdido los derechos de la franquicia FIFA, no significa que tengan que perder datos del mundo real para simular el comportamiento de los jugadores.
Dar a los jugadores poder sobre sus datos también significa que los equipos más pequeños aún pueden aprovechar su posición. Ese pequeño equipo de fútbol americano universitario puede que no esté haciendo titulares nacionales, pero sus aficionados estarían ansiosos por los últimos datos.
Los aficionados también se benefician. Imagina comunidades que reúnen fondos para desbloquear datos premium, apoyar a jóvenes atletas respaldando sus métricas iniciales, o incluso ganar recompensas por validar estadísticas en tiempo real de los partidos en vivo. Es una vía de doble sentido, donde los aficionados no solo consumen, sino que contribuyen al valor de los datos deportivos verificados.
Y las organizaciones deportivas no deberían estar nerviosas por unirse a esto. Piensa en todas las divisiones más pequeñas que no reciben grandes patrocinios o tiempo al aire que de repente se abren gracias a las estrellas emergentes. Ya sea la Fórmula 2, el baloncesto universitario de la NCAA o las ligas de novatos, hay una gran cantidad de potencial no explotado.
Esto no es un experimento mental
La realidad es que este nuevo enfoque ya está comenzando a suceder. En 2019, el base de la NBA Spencer Dinwiddie hizo titulares al intentar tokenizar su contrato, permitiendo a los aficionados invertir en sus futuros ingresos a través de blockchain. La resistencia legal obligó a una versión reducida, pero el mensaje era claro: los atletas quieren un cambio.
En lugar de los tradicionales tubos propietarios y contratos exclusivos, podemos construir sistemas sin permisos donde los atletas eligen participar y reciben pagos por compartir sus estadísticas verificadas. Los datos se convierten en algo que los atletas poseen y con lo que los aficionados interactúan, no en algo extraído y vendido por terceros sin que el atleta tenga voz.
La próxima era de los deportes y web3
Los datos de rendimiento son más que una línea estadística: son propiedad intelectual. Cuando se gestionan adecuadamente, pueden impulsar una nueva clase de aplicaciones, comunidades y modelos de negocio. Blockchain y web3 tienen el potencial de hacer de esto una realidad.
Hasta ahora, los atletas han estado presionando por un lugar en la mesa cuando se trata de poseer sus datos de rendimiento. Pero las cosas necesitan cambiar. Los jugadores deben comenzar a construir su propia mesa. El análisis deportivo ya no es solo para equipos y redes; es para los jugadores que generan los datos y los aficionados que creen en ello.
Tristan Thompson
Tristan Thompson es un atleta ganador de campeonatos, empresario y Director de Contenido en TracyAI, una plataforma que combina análisis de IA en tiempo real con infraestructura blockchain para transformar cómo se utiliza, posee y experimenta los datos deportivos.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
Es hora de que los atletas retomen el control de los datos deportivos
Web3 ya ha redefinido cómo pensamos sobre el dinero, la propiedad y el internet. Pero hay un área no explotada que podría llevar este sector aún más lejos: los datos deportivos. Esas mismas métricas que ayudan a entrenar a los atletas o que obsesionan a los aficionados durante los playoffs podrían sustentar un nuevo brazo del blockchain y web3.
¿La única barrera? Las ligas y los proveedores de datos actualmente tratan esta información como activos propietarios. Como resultado, los jugadores carecen de propiedad sobre su información y la utilizan como deseen.
Hasta la fecha, las ligas, las emisoras o las empresas privadas poseen la mayoría de los datos deportivos en el mercado. Es un gran negocio, con el mercado global de análisis deportivos valorado en aproximadamente $4.47 mil millones en 2024. A pesar de su importancia, los propios jugadores no tienen control sobre sus datos. Como atletas, podemos jugar el juego, pero rara vez controlamos los números que definen nuestras carreras.
Un problema de larga data
Este problema no es nuevo, ni está restringido a un solo deporte o ubicación. Empresas como Genius Sports y Opta obtienen beneficios de acuerdos de derechos exclusivos por valor de decenas de millones. Estas métricas moldean las decisiones de scouting, determinan salarios y alimentan una industria de apuestas de miles de millones de dólares. Y, sin embargo, quienes producen los datos—los atletas—no tienen control directo ni participación en los ingresos.
No es sorprendente que muchas organizaciones hayan comenzado a tomar nota. Project Red Card, por ejemplo, está luchando por clasificar los datos de rendimiento de los jugadores como información personal bajo el GDPR. Además, la Federación Internacional de Futbolistas Profesionales (FIFPRO) lanzó una Carta de Derechos de Datos de los Jugadores para proteger la privacidad de los futbolistas. Mientras tanto, Breakaway ha creado un "pasaporte de carrera" para los atletas, permitiéndoles controlar sus datos.
A pesar de estos esfuerzos, superar este proceso existente no es fácil. El cambio institucional llevará tiempo y, al final, aún puede no estar en el interés de los atletas. Es aquí donde la utilización de blockchain puede hacer un cambio positivo para los jugadores, los aficionados y el deporte.
Construyendo nuevos modelos de negocio
Cuando los jugadores controlan sus datos, desbloquean nuevas oportunidades de ingresos. En lugar de que una liga o red venda acceso a las estadísticas de los jugadores, los jugadores individuales podrían licenciar sus métricas de rendimiento a un entrenador, plataforma de apuestas o incluso a un desarrollador de videojuegos. Los contratos inteligentes pueden automatizar esas relaciones. Fundamentar este proceso con blockchain mostrará quién accedió a qué y cuándo.
Este enfoque también evitaría algunos de los problemas de licencias complicados que el deporte ha visto en los últimos años. Aunque EA puede haber perdido los derechos de la franquicia FIFA, no significa que tengan que perder datos del mundo real para simular el comportamiento de los jugadores.
Dar a los jugadores poder sobre sus datos también significa que los equipos más pequeños aún pueden aprovechar su posición. Ese pequeño equipo de fútbol americano universitario puede que no esté haciendo titulares nacionales, pero sus aficionados estarían ansiosos por los últimos datos.
Los aficionados también se benefician. Imagina comunidades que reúnen fondos para desbloquear datos premium, apoyar a jóvenes atletas respaldando sus métricas iniciales, o incluso ganar recompensas por validar estadísticas en tiempo real de los partidos en vivo. Es una vía de doble sentido, donde los aficionados no solo consumen, sino que contribuyen al valor de los datos deportivos verificados.
Y las organizaciones deportivas no deberían estar nerviosas por unirse a esto. Piensa en todas las divisiones más pequeñas que no reciben grandes patrocinios o tiempo al aire que de repente se abren gracias a las estrellas emergentes. Ya sea la Fórmula 2, el baloncesto universitario de la NCAA o las ligas de novatos, hay una gran cantidad de potencial no explotado.
Esto no es un experimento mental
La realidad es que este nuevo enfoque ya está comenzando a suceder. En 2019, el base de la NBA Spencer Dinwiddie hizo titulares al intentar tokenizar su contrato, permitiendo a los aficionados invertir en sus futuros ingresos a través de blockchain. La resistencia legal obligó a una versión reducida, pero el mensaje era claro: los atletas quieren un cambio.
En lugar de los tradicionales tubos propietarios y contratos exclusivos, podemos construir sistemas sin permisos donde los atletas eligen participar y reciben pagos por compartir sus estadísticas verificadas. Los datos se convierten en algo que los atletas poseen y con lo que los aficionados interactúan, no en algo extraído y vendido por terceros sin que el atleta tenga voz.
La próxima era de los deportes y web3
Los datos de rendimiento son más que una línea estadística: son propiedad intelectual. Cuando se gestionan adecuadamente, pueden impulsar una nueva clase de aplicaciones, comunidades y modelos de negocio. Blockchain y web3 tienen el potencial de hacer de esto una realidad.
Hasta ahora, los atletas han estado presionando por un lugar en la mesa cuando se trata de poseer sus datos de rendimiento. Pero las cosas necesitan cambiar. Los jugadores deben comenzar a construir su propia mesa. El análisis deportivo ya no es solo para equipos y redes; es para los jugadores que generan los datos y los aficionados que creen en ello.
Tristan Thompson
Tristan Thompson es un atleta ganador de campeonatos, empresario y Director de Contenido en TracyAI, una plataforma que combina análisis de IA en tiempo real con infraestructura blockchain para transformar cómo se utiliza, posee y experimenta los datos deportivos.