Haz cosas concretas y, luego, levanta a tu cómplice con firmeza. Un buen comienzo, pequeños progresos, y luego, persistencia. Cuando los pequeños logros y satisfacciones son vistos por uno mismo, se siente que cada día está lleno. La vida es como una cosecha, respeta las leyes de las cosas, reconoce a tu cómplice con elegancia y aprecia a tu cómplice. Complace a tu cómplice, solo así te mereces a ti mismo que desafía las olas. Lo que ocurrió ayer, se ha convertido en el yo de hoy, ¡la vida no tiene caminos en vano!
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Haz cosas concretas y, luego, levanta a tu cómplice con firmeza. Un buen comienzo, pequeños progresos, y luego, persistencia. Cuando los pequeños logros y satisfacciones son vistos por uno mismo, se siente que cada día está lleno. La vida es como una cosecha, respeta las leyes de las cosas, reconoce a tu cómplice con elegancia y aprecia a tu cómplice. Complace a tu cómplice, solo así te mereces a ti mismo que desafía las olas. Lo que ocurrió ayer, se ha convertido en el yo de hoy, ¡la vida no tiene caminos en vano!