¿Por qué duele más cuanto más nos comunicamos? Porque la comunicación solo es efectiva entre dos personas en la misma frecuencia. Las diversas contradicciones y problemas entre las personas, al final, dependen de la comprensión de cada uno sobre la vida para poder resolverse realmente, y no solo de la comunicación. Si en la vida no hay un conocimiento común como base, algunas comunicaciones son prácticamente ineficaces. Muchas cosas al final no se resuelven realmente, sino que se dejan estar. Cuántas disputas en la vida, que a simple vista parecen ser por falta de comunicación, en realidad son por barreras profundas entre los corazones. Cuando la comprensión de dos personas no está en el mismo nivel, la comunicación es como hablar hacia un valle. Solo se escucha el propio eco. Las tristezas y alegrías humanas no son las mismas. Algunas rutas deben ser recorridas con caídas personales para entender la profundidad de los baches. Algunos dolores deben ser enfrentados en la noche para saber lo valioso que es el amanecer. La esencia de convencer a la fuerza a menudo es imponer el propio marco de comprensión sobre los demás. Debemos dejar de lado la obsesión de cambiar a los demás, permitir que los demás sean otros, y también permitirnos volver a ser nosotros mismos. Los nudos que no se pueden deshacer, al final, se desvanecerán en la práctica de cada uno. Cuando te arraigas profundamente en tu propio suelo, las tormentas de los demás son solo el ruido del viento que pasa por tu mundo.
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¿Por qué duele más cuanto más nos comunicamos? Porque la comunicación solo es efectiva entre dos personas en la misma frecuencia. Las diversas contradicciones y problemas entre las personas, al final, dependen de la comprensión de cada uno sobre la vida para poder resolverse realmente, y no solo de la comunicación. Si en la vida no hay un conocimiento común como base, algunas comunicaciones son prácticamente ineficaces. Muchas cosas al final no se resuelven realmente, sino que se dejan estar. Cuántas disputas en la vida, que a simple vista parecen ser por falta de comunicación, en realidad son por barreras profundas entre los corazones. Cuando la comprensión de dos personas no está en el mismo nivel, la comunicación es como hablar hacia un valle. Solo se escucha el propio eco. Las tristezas y alegrías humanas no son las mismas. Algunas rutas deben ser recorridas con caídas personales para entender la profundidad de los baches. Algunos dolores deben ser enfrentados en la noche para saber lo valioso que es el amanecer. La esencia de convencer a la fuerza a menudo es imponer el propio marco de comprensión sobre los demás. Debemos dejar de lado la obsesión de cambiar a los demás, permitir que los demás sean otros, y también permitirnos volver a ser nosotros mismos. Los nudos que no se pueden deshacer, al final, se desvanecerán en la práctica de cada uno. Cuando te arraigas profundamente en tu propio suelo, las tormentas de los demás son solo el ruido del viento que pasa por tu mundo.